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Los drones, una herramienta fuerte para la ciberdelincuencia.  

Los drones se originaron a principios del siglo XX, aunque su popularidad ha aumentado rápidamente durante los últimos años, no es de sorprenderse si ponemos atención a sus múltiples usos: el ámbito militar, industrial, civil o de seguridad ya se benefician de lo que esta tecnología puede hacer por ellos. No obstante, no todos los usos tienen fines legítimos y un ejemplo claro de ello es la ciberdelincuencia.

Los ciberdelincuentes han puesto su atención en estos dispositivos para perpetrar ciberataques contra diferentes empresas o instituciones nacionales. Los drones incorporan tecnología de geolocalización, cámara de fotos y vídeo, lo que permite obtener datos importantes como contraseñas al emparejarse con otros dispositivos que tienen aún más información.

Asimismo, son utilizados para atacar empresas e instalaciones industriales con el objetivo de sustraer información valiosa. Estos drones están diseñados para realizar vigilancia de instalaciones o capturar datos, ya que cuentan con un sistema de rastreo Bluetooth para conseguir datos de dispositivos conectados a esta red, así como el Escaneo RFID de tarjetas de acceso, tarjetas de crédito u otra información sensible. Estos dispositivos son capaces de suplantar un GPS y de esta forma no ser descubiertos por sus víctimas, lo que los convierte en unos atacantes casi imperceptibles. Por otro lado, los “drones de transporte” pueden configurar una red WiFI maliciosa que imita la red WiFI de una organización, lo que permite a un hacker informático ver toda la información sensible y el flujo de esta, suponiendo un grave problema para la confidencialidad de la corporación y sus potenciales clientes.

Enfrentar esta nueva amenaza de manera eficaz puede ser todo un reto, gracias a los desarrollos tecnológicos, existen herramientas como los Counter Unmanned Aerial Systems o Sistemas Contra Vehículos Aéreos no Tripulados, que emplean todo tipo de técnicas para neutralizar las amenazas de los drones. Estos sistemas pueden llevar a cabo un gran número de acciones con las que combatir estos vehículos aéreos no tripulados, como la detección, seguimiento y la interceptación. En esta parte se utilizan tecnologías como sensores de radar, radiofrecuencia (RF), electro-ópticos (EO), infrarrojos (IR) y acústicos.

A la hora de interceptar estos aparatos, nos encontramos con  los inhibidores de radiofrecuencia y de interferencia del GPS, técnicas que se basan en generar ruido electromagnético que evite que lleguen al dron tanto las señales de control de su operador como las señales de posicionamiento GPS, lo que los hace totalmente inoperativos.

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